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Decenas de miles de personas participaron en una protesta antigubernamental en Madrid para reclamar elecciones generales anticipadas, mientras el primer ministro socialista del país, Pedro Sánchez, intenta hacer frente a una serie de acusaciones de corrupción que afectan a su familia, su partido y su gobierno.

La protesta del domingo, organizada por el conservador Partido Popular (PP) de España bajo el lema «Esto es: ¿mafia o democracia?», tuvo lugar tres días después de que uno de los aliados más cercanos de Sánchez, el exministro de Transportes José Luis Ábalos, fuera detenido por un juez que investiga acusaciones de sobornos a cambio de contratos.

El PP afirmó que la participación alcanzó las 80.000 personas, mientras que el delegado del gobierno central en la región calculó que al mitin en el Templo de Debod, en el centro de la capital, asistió aproximadamente la mitad de esa cifra.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, calificó el parlamento de «absurdo» y afirmó que no se puede permitir que continúe. Añadió que la prisión preventiva de Ábalos demostraba que el estilo político de Sánchez, conocido como «sanchismo», está podrido. Feijóo dijo a la multitud: «El sanchismo es corrupción política, económica, institucional, social y moral. El sanchismo está en la cárcel y debe salir del gobierno».

La presidenta populista del gobierno regional de Madrid por el PP, Isabel Díaz Ayuso, que será juzgada junto con su pareja por cargos de fraude fiscal y falsificación de documentos, fue aún más lejos. En su característico discurso encendido, trató de invocar el fantasma de la ya disuelta organización terrorista vasca ETA, afirmando que el gobierno de Sánchez ayuda a los nacionalistas vascos que lo apoyan.