Si tienes una mancha, un hoyuelo o vello en la parte baja de la espalda, presta atención
El Prof. Dr. Alp Özgun Börcek, del Departamento de Neurocirugía del Hospital Güven, destacó la importancia del diagnóstico temprano del Síndrome de Médula Anclada (SMA), afirmando: “El diagnóstico temprano y la intervención adecuada son esenciales para prevenir la progresión de la enfermedad”.
El profesor explicó que el síndrome ocurre cuando la médula espinal está fijada más abajo de lo normal o tirada por los tejidos circundantes: “Esto limita su movimiento natural y, con el tiempo, puede causar daños irreversibles en los nervios. Se trata de un problema mecánico; por lo tanto, el tratamiento farmacológico no es eficaz. En los casos confirmados, se requiere una intervención quirúrgica”.
“A menudo se confunde con un simple dolor lumbar”
“El dolor de espalda y de piernas, la dificultad para caminar, las caídas frecuentes o la incontinencia urinaria pueden ser señales tempranas de la enfermedad. Incluso en pacientes que solo presentan dolor lumbar sin signos externos, encontramos rastros de este síndrome. Por eso, considerar cada dolor de espalda como algo común es un grave error”, advirtió Börcek.
También señaló que la piel de la zona lumbar puede ofrecer pistas importantes para el diagnóstico: “Si hay una mancha roja, exceso de vello o una pequeña depresión desde el nacimiento, puede ser un indicio de una anomalía en la médula espinal. Especialmente en los niños, si se observa una mancha, un orificio o vello en la línea media de la espalda, debe ser evaluado por un neurocirujano”.
“El diagnóstico debe ser individualizado”
“Dos pacientes con los mismos resultados de imagen pueden requerir tratamientos diferentes: uno puede necesitar cirugía y el otro solo un seguimiento regular. Por eso, no se puede decir que todos los casos de médula anclada deban operarse”, añadió.
“La cirugía dura aproximadamente una hora; el objetivo es eliminar la tensión”
“La operación se realiza generalmente con una pequeña incisión en la parte superior de la zona lumbar. Se liberan los tejidos que tensan la médula espinal y se corta el tejido conectivo (filum terminale) que causa la tensión. La duración promedio de la cirugía es de una hora”, explicó Börcek.
“Aunque las cirugías de la médula espinal siempre conllevan un riesgo de daño nervioso, nunca me he encontrado con un caso así en cientos de operaciones. La tecnología de neuromonitoreo proporciona una gran seguridad durante la cirugía”, afirmó.
“La intervención temprana aumenta las posibilidades de éxito”
“Cuanto antes se detecte la enfermedad, menor será la presión sobre los nervios y mayores las probabilidades de recuperación. Sin embargo, si los síntomas avanzados como la incontinencia urinaria se desarrollan con el tiempo, la recuperación total se vuelve difícil. El Síndrome de Médula Anclada es raro, pero un diagnóstico tardío puede provocar parálisis, pérdida del control de esfínteres o deformidades en la columna. Todo dolor de espalda o dificultad para caminar debe investigarse cuidadosamente.”
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