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Lazzarini subrayó que la UNRWA no se ha retirado de la región, sino que, por el contrario, ha incrementado significativamente su capacidad operativa.

Indicó que, desde el comienzo de la guerra, a pesar de su desplazamiento y pérdidas personales, los 12 mil empleados de UNRWA han seguido trabajando sin interrupción. Destacó que, gracias a las oportunidades creadas por el alto el fuego, las actividades educativas han comenzado rápidamente: “Nuestros maestros han devuelto a más de 50 mil niños a la educación presencial y se llegará a miles más antes de que termine el año”.

En cuanto a los servicios de salud, Lazzarini señaló que cuentan con una capacidad significativa: “Nuestro personal proporciona el 40 % de los servicios de atención primaria en Gaza y nuestras actividades siguen ampliándose cada día. Nuestro personal continúa desempeñando un papel crucial en la distribución de agua, las campañas de vacunación, el control de plagas, los exámenes nutricionales y la gestión de residuos sólidos”.

Lazzarini destacó que, a pesar de los enormes desafíos, la UNRWA continúa su labor en Gaza, Cisjordania ocupada, Líbano, Siria y Jordania para apoyar a los refugiados palestinos.