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Según cuatro diplomáticos de la OTAN, aunque un acuerdo sigue siendo un objetivo cambiante, algunos aliados sostienen que tienen “líneas rojas” sobre las que quieren ser consultados en primer lugar. Estas se refieren a la adhesión de Kiev a la alianza, al despliegue de tropas y armas en territorio aliado y al respeto del derecho internacional.

La ministra de Asuntos Exteriores de Finlandia, Elina Valtonen, declaró en una entrevista con POLITICO: “Al final, sobre los asuntos de la OTAN decidirá la OTAN. Ahora estamos definiendo las ‘líneas rojas’ junto con nuestros socios y aliados”.

Este nuevo impulso se produce después de que los países europeos fueran tomados por sorpresa a finales del mes pasado por un plan de paz elaborado con la mediación de Estados Unidos y Rusia, que se considera en general favorable a Moscú. Desde entonces, los europeos han presentado sus propias contrapropuestas, pero sigue sin verse posible llegar a un acuerdo.

Los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN se reunirán el miércoles en Bruselas, lo que ofrecerá la primera oportunidad real para que los países discutan, dentro de la alianza, los elementos centrales del plan de paz. La cumbre tendrá lugar un día después de que el enviado estadounidense Steve Witkoff se reúna en Moscú con el presidente ruso Vladímir Putin para celebrar conversaciones cruciales.

El presidente de la OTAN, Mark Rutte, afirmó el martes que “es realmente importante que Estados Unidos lidere estos esfuerzos”. Sin embargo, declaró a los periodistas en Bruselas que “cualquier cuestión relativa a la OTAN en un acuerdo para poner fin a la guerra se abordará, por supuesto, por separado con la OTAN”.

Rutte señaló que actualmente no existe “consenso” entre los aliados de la alianza sobre la adhesión de Ucrania a la OTAN, pero añadió que el tratado fundacional de 1949 de la organización, que en teoría aplica una política de puertas abiertas para nuevos países, “sigue vigente”.

Una versión anterior del plan imponía condiciones estrictas a la alianza: detener la admisión de nuevos miembros, comprometerse a no desplegar tropas en Ucrania e incluir en el estatuto una disposición que impidiera para siempre la adhesión de Kiev.