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El primer ministro húngaro es uno de los pocos líderes europeos que mantiene relaciones con el presidente ruso, y esta reunión coincide con un momento diplomático tenso en los esfuerzos internacionales por poner fin a la guerra en Ucrania.

Viktor Orbán visitará el viernes al presidente ruso Vladimir Putin, desafiando el consenso casi unánime entre los líderes europeos de que debe aplicarse más presión sobre Moscú mediante sanciones y aislamiento para poner fin a la guerra en Ucrania.

La reunión tiene lugar mientras los europeos intentan convencer a la administración Trump de negociar un acuerdo de paz que garantice la soberanía de Kiev, tras un polémico plan elaborado por diplomáticos rusos y estadounidenses que se filtró la semana pasada. El plan proponía amplias concesiones territoriales y militares por parte de Ucrania y excluía totalmente a los líderes ucranianos y europeos del proceso de negociación.

El plan fue modificado posteriormente tras conversaciones con el gobierno ucraniano, pero aún no ha sido finalizado.

Orbán es uno de los pocos líderes europeos que mantiene vínculos diplomáticos con Rusia. El primer ministro húngaro insiste en que Ucrania no puede ganar la guerra militarmente y acusa a los líderes europeos de “querer la guerra y no la paz”. También ignora las recomendaciones de la máxima diplomática de la UE, Kaja Kallas, de evitar reuniones bilaterales con los rusos.