Deniz polisinden Adalar çevresinde 'deniz taksi' denetimi

Las inundaciones, provocadas por un raro ciclón en noviembre, causaron la muerte de más de 1.000 personas en toda la isla de Sumatra y desplazaron a cientos de miles. En Aceh, la provincia más afectada donde se produjo casi la mitad de las muertes, muchas personas aún no tienen fácil acceso a agua potable, alimentos, electricidad y suministros médicos.

El jueves pasado, decenas de manifestantes se congregaron en Banda Aceh, capital de la provincia, ondeando banderas blancas y exigiendo que el gobierno central abra el país a la ayuda extranjera.

Entre la multitud había una niña pequeña que sostenía un papel en el que se leía: «Solo tengo tres años y quiero crecer en un mundo seguro y sostenible».

Las banderas blancas, generalmente consideradas un símbolo de rendición, ondeaban en manos de los manifestantes sobre tejados dañados, riberas erosionadas y frente a las mezquitas. Según los manifestantes, estas banderas representan un llamado a la solidaridad internacional.

Las autoridades provinciales solicitaron apoyo a las Naciones Unidas y el gobernador de Aceh afirmó que espera ayuda «de todos y de todas partes».

Sin embargo, el presidente Prabowo Subianto insistió en que la situación está «bajo control» y rechazó la ayuda extranjera. La semana pasada dijo a su gabinete: «Indonesia puede superar este desastre», e ignoró hasta ahora los llamados a declarar un desastre nacional que permitiría liberar fondos de emergencia y acelerar la ayuda.

Espaniol News Agency Espaniol News Agency

 

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