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Lazzarini subrayó que nadie está exento del sufrimiento en Gaza: “Quienes cuidan, ahora también necesitan cuidados. Médicos, enfermeros, periodistas y trabajadores humanitarios están pasando hambre.”

Señaló que la búsqueda de alimentos se ha vuelto tan letal como los bombardeos:

“Desde finales de mayo se ha informado de la muerte de más de 1.000 personas a causa del hambre. Los llamados sistemas de distribución ‘GHF’ se han convertido en trampas mortales sádicas. Francotiradores disparan al azar contra las multitudes, como si tuvieran permiso para matar.”

Lazzarini afirmó que una cacería humana masiva continúa con total impunidad: “Esto no puede ser nuestra nueva normalidad. La ayuda humanitaria no es tarea de mercenarios. La ONU y sus socios humanitarios tienen la experiencia, la capacitación y los recursos necesarios para proporcionar asistencia segura, digna y a gran escala. Lo hemos demostrado repetidamente durante las treguas anteriores. Pongan fin a esta atrocidad.”