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Según Karadjov, unirse a la OCDE enviará un mensaje fuerte a la comunidad empresarial internacional de que Bulgaria ofrece un entorno de inversión estable y predecible. Señaló que la membresía ayudará a fortalecer las instituciones públicas, aumentar el crecimiento económico, mejorar la calificación crediticia del país y elevar el nivel de vida de los ciudadanos.

Karadjov recordó que los orígenes de la OCDE se remontan a la iniciativa del secretario de Estado estadounidense George Marshall, quien hace 78 años propuso el plan de reconstrucción de la posguerra. Añadió que Bulgaria ha perseguido este objetivo durante años y, desde que expresó oficialmente su interés en 2007, ha implementado amplias reformas en áreas clave como la fiscalidad, la legislación laboral, la lucha contra la corrupción y la política de competencia.

Bulgaria ha completado con éxito 16 de las 25 revisiones técnicas obligatorias realizadas por los comités de la OCDE y participa activamente en los debates políticos dentro de la organización. Karadjov destacó que la experiencia de países como Polonia, la República Checa, Hungría y los Estados bálticos demuestra los efectos positivos de la membresía, incluido un aumento significativo de las inversiones extranjeras en los sectores del transporte y la logística y una duplicación de los volúmenes comerciales.

Subrayó que los beneficios del proceso de la OCDE pueden observarse incluso antes de la adhesión plena, ya que las reformas necesarias fomentan la modernización de las instituciones estatales y aumentan la transparencia. Karadjov enfatizó que el Parlamento Nacional debe aprobar prioritariamente los cambios legislativos necesarios para garantizar el correcto desarrollo del proceso.

También instó a las empresas búlgaras a adaptarse a los estándares de la OCDE, afirmando que esto reforzará su competitividad y mejorará el rendimiento económico general del país en los próximos años.