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El viernes, el gigante automovilístico redujo sus previsiones anuales y reportó una fuerte caída en las ganancias del segundo trimestre, al tiempo que lucha contra los efectos devastadores de los aranceles estadounidenses y los costos de reestructuración.

El mayor fabricante de automóviles de Europa declaró un beneficio operativo de 3.830 millones de euros (4.490 millones de dólares) para el trimestre que finalizó en junio, lo que supone una caída del 29 % respecto al mismo período del año anterior. Según un consenso elaborado por Factset, los analistas esperaban unas ganancias de 3.940 millones de euros.

Volkswagen informó ingresos por ventas en el segundo trimestre de 80.800 millones de euros, por debajo de las expectativas de los analistas de 82.200 millones de euros.

De cara al futuro, Volkswagen indicó que espera una rentabilidad operativa del 4 al 5 % en 2025, una cifra inferior a la estimación anterior del 5,5 al 6,5 %. Se espera que las ventas anuales se mantengan en el mismo nivel del año pasado, por debajo del aumento previsto anteriormente del 5 %.

Estos resultados se producen en un momento en que los fabricantes de automóviles europeos enfrentan una fuerte competencia de las marcas chinas y una serie de desafíos sectoriales, incluidos los aranceles de importación del 25 % impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump.

El sector automotriz se considera particularmente vulnerable a los aranceles estadounidenses, dada la globalización de las cadenas de suministro y la alta dependencia de las operaciones de producción en América del Norte.